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miércoles, 2 de diciembre de 2009

Grafología Emocional – Tachaduras –

La Grafología Emocional es una rama de la Grafología Científica que estudia, entre otras cosas, los accidentes gráficos que se producen en el grafismo. Tiene en cuenta, por ejemplo, las tachaduras, las omisiones de letras, repasos y retoques. Todos estos “accidentes grafoescriturales” pueden incluirse dentro del concepto de actos fallidos, en este caso del lenguaje escrito.
El acto fallido es una tendencia más o menos ocasional a cometer errores o equivocaciones al escribir (lapsus cálami) o al hablar (lapsus lingüe); es decir que: el Lapsus Cálami (error escritural) es equivalente al Lapsus Lingüe Freudiando; y pone en evidencia la emergencia de un conflicto entre la intención consciente y los deseos inconscientes, ligados generalmente o bien a instintos rechazados o demandas del superyo. Cuando el estado interior del sujeto está en equilibrio no suelen aparecer tachaduras.


Hay diferentes formas de tachar, algunas veces, se puede ver lo que hay debajo, otras veces, se tacha con tanta intensidad que es imposible.
La tachadura, además de denunciar un equívoco, un ocultamiento, una contradicción por parte del escritor, nos dice también, cómo la persona resuelve particularmente esas situaciones.

El análisis de las tachaduras constituye una vía interesante para obtener información psicológica respecto a:

 La reacción del sujeto frente al error o equivocación
 La tolerancia a la frustración que él mismo genera
 La capacidad de autocrítica
 La capacidad para asumir la responsabilidad por el error o
equivocación.
 La capacidad de mejoramiento.

Ante un escrito con tachaduras es conveniente determinar:

1. La legibilidad o ilegibilidad de la tachadura
2. El grado de intensidad de la misma
3. La presión ejercida al tachar
4. El estilo de tachadura

1. El grado de autocrítica del sujeto se manifiesta en la legibilidad o ilegibilidad del tachado. Si la tachadura es legible, el sujeto es capaz de responsabilizarse o hacerse cargo de sus equivocaciones; las acepta y, por lo tanto, habría capacidad de autocrítica y una mejor tolerancia a la frustración. Si, en cambio la tachadura es ilegible (no se puede ver lo tachado) a la persona le cuesta hacerse cargo de sus equivocaciones, le disgusta cometer errores y reacciona con orgullo u ocultando lo que ha escrito, no le gusta que los demás se enteren de lo que siente o piensa.
Estas reacciones están indicando falta de autocrítica y baja tolerancia a la frustración.




Tachaduras Ilegibles





2 - La intensidad de la tachadura se relaciona con la magnitud del conflicto y con la frustración y la agresividad que dicho conflicto despierta en el individuo. Para algunas personas equivocarse es sinónimo de fracaso o de no cumplir con los códigos ideales que él mismo se ha planeado.
Cuando hay muchas tachaduras en un escrito existe en la persona un importante monto de ansiedad que no le permite lograr un adecuado grado de estabilidad y equilibrio interno. Las tachaduras reflejan la dificultad que tiene la persona para concentrarse y fijar la atención en un determinado tema, por lo que suelen aparecer también en situaciones de mucho cansancio y estrés. Resulta interesante determinar en qué tipo de escrito se observan: carta laboral – carta afectiva ( padres – pareja – amigos)

Cuando las tachaduras aparecen en las cartas laborales se podrían considerar dos interpretaciones: 1- puede ser una persona con muchos conflictos o problemas personales; 2- al sujeto no le interesa lo que piensen los demás de él, no tiene consideración por el otro ya que le da lo mismo dar algo mal presentado.
Respecto a las tachaduras en las cartas afectivas es interesante, en la medida de lo posible, determinar cuál es el contenido de la palabra tachada. Por ejemplo, si el sujeto escribe “te quiero mucho” y tacha “mucho”, algo conflictivo está en juego y podríamos pensar si realmente la quiere mucho o “quererla le trae algún sufrimiento, angustia o problema.


3 - La presión que la persona ejerce al tachar está relacionado con el Ello. Cuanto más profunda (más presionada) es la tachadura mayor es el malestar y la ira que despierta en la persona. Esa situación le genera presión y al no poder canalizar sus impulsos puede llegar a actuar de manera agresiva. Si la presión es suave, el sujeto puede darse cuenta de los errores pero le falta iniciativa o decisión para modificar la situación.


4. El Estilo de tachadura se relaciona con el modo en que el sujeto actúa frente al problema. Determina: cómo se siente frente al error – cuál piensa que es la conducta para modificar el error – cómo actúa y cómo reacciona.

A continuación observaremos algunos estilos de tachaduras:

Es importante siempre tener en cuenta, antes de realizar cualquier tipo de interpretación, el contexto gráfico en que se encuentran.


Curva ondulada: (es positiva) - refleja una actitud adaptativa y flexible frente a la

equivocación propia y los errores de los demás. Si se equivoca no se detiene, continúa adelante. Hasta es capaz de tomar con humor la equivocación. Este tipo de tachaduras suelen aparecer en personas que por su actividad necesitan tener un buen trato social.

Curva mas Bucle: Indica que la persona intenta disminuir la importancia del error apelando a su seducción, a través de un chiste o de conductas conciliadoras, minimiza la equivocación.

Línea recta horizontal: denota que la persona tiene autocrítica aunque prefiere no equivocarse, trata de analizar los porqué del error y resolverlo utilizando como mecanismo de defensa el autocontrol y la racionalización. Es decir que, ante la equivocación el sujeto adopta un comportamiento concreto, objetivo y realista.

Encuadra la palabra: indica que la persona se detiene demasiado ante la equivocación, como tratando de analizar la causa de la misma. Pone una distancia emocional grande respecto al objeto en cuestión. Intenta aislar el error para que no afecte otras cosas. Es una defensa de tipo obsesiva.


Tachadura en serrucho o zigzag / angulosa: indica baja tolerancia ante el error ya que no soporta equivocarse. Los errores lo ponen de mal humor dado que no tiene una buena autocrítica. Puede descargar las tensiones no en el momento en que se produce la equivocación sino luego, ante una situación menor. Se comporta de manera quisquillosa e impulsiva.

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