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lunes, 29 de julio de 2013

¿Es un mentiroso? ¡Descubrilo a través de su letra!


La grafología nos da algunas pautas para conocer el nivel de honestidad de una persona. Aquí, una guía para analizar la escritura de alguien y conocer su costado “oculto”.


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¿Qué implica la confiabilidad u honestidad? La mentira, como tal, tiene diferentes matices. Todas las personas adultas mienten en algún momento; de todas formas, no es lo mismo omitir información o disimular un estado anímico que mentir abiertamente, estafar, engañar o embaucar a alguien. Una mentira puede ser generada por miedo, por vergüenza, orgullo, vanidad, comodidad, por algún complejo, por debilidad de carácter, o también por un exceso de fantasía o exageración, etc. Pero también puede ser generada con malicia, en virtud de lograr algún beneficio y ser planificada estratégicamente. La mentira que analizaremos aquí a través de elementos de la grafología se referirá a la acción de ocultar o distorsionar información en forma consciente y con intención.
La evaluación de este aspecto es complejo e implica la contemplación de muchos indicadores, que deben ser chequeados y validados uno por uno con sumo detalle, ya que hay rasgos que son más significativos y rasgos que son reforzadores. Es muy importante tener en claro que solo se identificará una tendencia, por lo tanto, podremos conocer si, en caso de darse un escenario que lo propicie, podría caer en realizar acciones que se presuman deshonestas.
Grafológicamente, hay 33 aspectos que son evaluados en relación a este aspecto en un escrito. A continuación, solo enunciaremos algunos de éstos y su significado (mirá las imágenes de arriba que acompañan la nota):
1 - Óvalos abiertos abajo: para que sea válido, este rasgo debe predominar en el escrito. Esto manifiesta que la persona tendrá cierta tendencia a manejarse instintivamente y poner su foco en lo material. Es una persona propensa a ocultar, manejarse con poca sinceridad y con falsedad.
2 - Letra “p” en doce o en dos trazos: persona con aptitud comercial, afán de dinero y tendencia a disimular estados anímicos y pensamientos en virtud de lograr su objetivo.
3 - Letra “s” caída por debajo del renglón: esta letra está vinculada con los valores y juicios sociales mediante los cuales interactuamos con los otros. Cuando esta letra se encuentra caída, simboliza la tendencia a ocultar y falta de sinceridad.
4 - Letras poco definidas (cuando es hecha a propósito): indicio de falta de compromiso, de deseos de ocultar sus verdaderas intensiones.
5 - Escritura artificial/ estereotipada: persona que tenderá a manejarse con diplomacia, reserva, apariencia y con falta de espontaneidad.
6 - Puntos, comillas, signos innecesarios en el escrito, que no son parte de la redacción: tendencia a ocultar o disfrazar las cosas.
Es muy importante tener en cuenta que solo podemos hablar de deshonestidad cuando existe una predominancia entre los 33 ítems que deben ser evaluados, y no considerar hechos aislados. Por ejemplo, que una persona escriba con una presión débil y a la izquierda no hablará de falta de honestidad, sino de tendencia a ser una persona más propensa a ser manipulada. Como así también que una persona utilice una letra imprenta o estereotipada solamente, no significa que sea deshonesta, simplemente será una persona que tenga la tendencia a cuidar su imagen pública, a cuidar las formas en el ámbito social o laboral.

Fuente: Entremujeres

Grafología: enfermedades escondidas en la escritura



 

  • Es útil en el ámbito empresarial, pedagógico y forense, pero también es capaz de revelar dolencias del sistema nervioso, daños neurológicos, trastornos alimenticios o problemas del aparato digestivo, entre otras.
José Bretón, presunto homicida
José Bretón, presunto homicida

Más allá de los gestos, de las miradas que delatan quienes somos, cómo nos encontramos y qué intenciones tenemos, la escritura se observa como la herramienta más infalible, pues es en ella donde se refugia y expresa lo más profundo del ser.

Tanto es así, que refleja (no diagnostica en sentido estricto) incluso enfermedades: dolencias del aparato digestivo, trastornos alimenticios como la bulimia y la anorexia, conductas adictivas como el alcoholismo, síntomas de deterioro del sistema nervioso y daño neurológico, entre otras. «En Estados Unidos han perfeccionado mucho esta especialización. La grafología puede ser un elemento importante para detectar enfermedades o estados patológicos», dice María Teresa Graells, profesora de Global Human Capital Group (http://www.ghcg.es/index.php?option=com_content&view=article&id=356&Itemid=162&lang=es).

Dirección, forma, inclinación, orden, presión, situación, velocidad... «Cada signo gráfico nos revela una información», añade Graells.

Manuel J. Moreno, presidente del Instituto de Grafología Analítica y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, destaca que «hay signos grafológicos que tradicionalmente se han relacionado con determinadas dolencias, como el asma o los problemas cardiopáticos. La escritura en estos casos suele ser lo que denominamos ‘‘innecesariamente puntuada'', esto es, unas comas o signos de puntuación que no vienen a cuento pero que responden a una necesidad de apoyo o a una señal de fatiga. También se ven alteradas la tensión y el ritmo escritural». Unos rasgos denominados por los expertos «arritmias gráficas».

En cuanto al daño neurológico que se produce en enfermedades como el párkinson, Manuel J. Moreno matiza que «uno de los síntomas es la microescritura, la letra es más pequeña y se vuelve mucho más torpe». El experto explica que en líneas generales, «cuando un individuo está enfermo y la dolencia le está debilitando, la presión con la que escribe se resiente, el trazado suele ser más flojo y pueden aparecer temblores».

Psicosomáticas
Por su parte, Alberto Martínez, director de Formación Grafología (www.formaciongrafologia.com/cursos), considera que «existen muchas enfermedades psicosomáticas y muchas de ellas tienen reflejo en la grafía». Un ejemplo de cómo se plasma una escritura en un trastorno es la bulimia.

«Si el afectado padece este problema desde hace mucho tiempo, y alguna zona del cuerpo se ha visto resentida, como puede ser el esófago o la faringe, esto queda patente en el papel. Aunque nunca será sinónimo de diagnóstico», resalta el experto. Algo en lo que coincide Moreno: «Expresan las razones psicológicas que están detrás de la anorexia o la bulimia, pero no es una certeza absoluta».

Uno de los puntos fuertes de esta técnica proyectiva se centra en los más pequeños. Martínez destaca que tiene grandes aplicaciones, ya que «si al poco tiempo que suelen tener los padres se suma que a los adolescentes les cuesta comunicarse, tenemos clara la necesidad de esta herramienta no invasiva para enterarnos de qué está pasando. Y estas situaciones quedan reflejadas no sólo en su escritura, sino que cuando se trata de niños también podemos analizar sus dibujos, lo que permite orientar sobre el posible origen del problema. Es un auxilio impresionante». También resulta de utilidad para aquellos que presentan un cuadro de Asperger o síntomas autistas. «De hecho, hemos tenido alumnos Asperger con nosotros», apunta el director de Formación Grafológica.

Teresa Graells añade que «para los niños y jóvenes también se utiliza la llamada grafoterapia en su etapa escolar para obtener mejor rendimiento de su atención, comprensión verbal, tenacidad y comunicación».

Asimismo, es un punto de apoyo importante en los trastornos límite de la personalidad, ya que se pueden detectar problemas gracias a la caligrafía. «Se ve si la persona tiene dificultades con algún progenitor o una tendencia a la impulsividad en ciertas áreas. Ayuda a plantear hipótesis sobre las que trabajara psicólogos y terapéutas», comenta Alberto Martínez.

La firma
Muchos se preguntan si cambiar la firma, o simplemente si se «deforma» nuestra caligrafía, puede tener algún significado. Los especialistas aclaran, en primer lugar, que hay que distinguir la firma de la escritura de un texto. La primera «es una pequeña biografía de cómo somos realmente, y  en el texto lo que se detecta es cómo nos comportamos frente a quienes nos rodean».

Una vez aclarado esto, concluyen que tampoco existe una letra mejor ni peor a la hora de analizarla. No obstante, «la natural es la más óptima. De hecho, la ideal no es la que se escribe detenidamente y de forma cuidada. Así se enmascara, tiene poco valor. Es un error hacer esto porque el objetivo del análisis grafológico es ver la expresividad del indivudo», añade Manuel J. Moreno.


José BretónEscritura característica de un sujeto cuyo perfil actitudinal está en relación con el control de la emotividad. Gestiona sus emociones ejerciendo autodominio a través de una notable racionalidad. Se advierte frialdad. No está afectado (o no lo manifiesta gráficamente), no muestra signos escriturales de hallarse conmovido, emocionado, pudiendo hablarse por tanto de discrepancia (disonancia cognitiva) entre lo que dice y el cómo lo dice; es decir, entre su lenguaje gráfico gestual, no verbal o grafológico y el discurso manifiesto de su escrito. La doble barra de la «t» puede sugerir un perfil concienzudo respecto a sus acciones, constancia y determinación. No cede a las presiones con facilidad. Su mente procesa información de manera pausada. Precisa planificar, ejercer control en sus actos –margen derecho amplio y regular en el contexto de una escritura de inclinación vertical y aireada–. Sabe manejar los tiempos a su conveniencia.
 Fuente: La Razón.es


miércoles, 17 de julio de 2013

Pinturas hechas por enfermos mentales


Algunos genios padecen algún tipo de enfermedad mental o trastorno emocional dentro de sus mentes creativas y artísticas. De hecho, lo mejor del arte, a menudo parece provenir de una mente profundamente perturbada. Estos son 20 ejemplos de arte que demuestran que muchos enfermos mentales tienen algo maravilloso que ofrecer al mundo, a pesar de sus problemas.
1. Esta obra fue presentada en Miami, en una inauguración de una galería con las creaciones de los enfermos mentales de todo Estados Unidos.
Pinturas de enfermos mentales (1)
2. Una niña y rosas.
Pinturas de enfermos mentales (19)
3. Eugene Andolsek creó diseños como estos usando un compás, una regla y un gotero para agregar color.
Pinturas de enfermos mentales (18)
4. George Grosz fue un soldado alemán que sufría de alucinaciones traumáticas debido a su participación en la guerra de 1914.
Pinturas de enfermos mentales (17)
Para ver más pinturas, entra al siguiente link: