Introducción
Básicamente, los bolígrafos se componen de un tanque de tinta, unido a una esfera o bolilla (normalmente de acero) en su extremo.
El giro que se imprime a la misma durante la escritura, hace que ésta tome la tinta del tanque y la transfiera a la superficie de la hoja.
Las medidas aproximadas de la bolilla varían entre 0,6 y 1 mm. de diámetro, y el espacio que media entre la esfera y el soporte de la misma, es de aproximadamente 0,01 mm.
Estas características son compartidas por los bolígrafos de tinta pastosa y los de tinta fluida, si bien las cualidades de las escrituras producidas por unos y otros, dan como resultado comportamientos muy distintos entre ambos grupos de elementos esferográficos.
Características de los trazados de Bolígrafos (Tintas pastosa)
Presentan ciertas características y accidentes que son normales y propios de este tipo de implementos escritores. Es destacable que casi todas estas cualidades son prácticamente imposibles de reproducir por digitalización del original y su posterior impresión con impresoras inkjet, bubblejet o láser. Esto facilita enormemente la labor del perito calígrafo en cuanto a la identificación del instrumento escritor utilizado.
Estas características distintivas son producidas por el rodamiento de la bolilla, el arrastre de elementos extraños (como fibras del papel), las cualidades de la tinta pastosa (fluido no newtoniano) y los personalismos propios del escribiente.
Estrías
Un fenómeno típico y privativo de los bolígrafos de tinta pastosa es el estriado. Las estrías se producen debido al entintamiento parcial de la bolilla. Distintos autores lo atribuyen a las imperfecciones en su superficie o en el alojamiento de la misma.
Sin embargo, a juicio de los suscriptos este hecho es debido al comportamiento de los líquidos no-newtonianos (en un posterior trabajo se ampliará y fundamentará esta hipótesis).
Desde siempre, las estrías ayudaron al perito calígrafo en la identificación (o el descarte) de un determinado bolígrafo, ya que distintos elementos producirán estriados disímiles.
En la imagen se aprecian estriados muy marcados en un trazo de bolígrafo y en la imagen “2” puede observarse el particular modo en que la tinta se acumula sobre la esfera de acero.
Interrupciones, Descargas y Acúmulos de tinta
La irregularidad en el entintado (ya sea su falta o exceso), produce estos fenómenos.
La causa puede ser propia del bolígrafo, por una fuente externa o por la mecánica propia del acto escritural.
Cambios bruscos de dirección y/o velocidad en la escritura, podrán producir descargas de tinta e interrupciones del trazado. En la imagen “3” puede verse con claridad una descarga situada en el punto donde el trazo cambia de dirección y velocidad, y el ulterior blanco (interrupción) en el trazado.
Estas características, propias de un determinado estilo escritural, resultan elementos identificatorios del gesto gráfico estudiado.
Otro efecto que resulta individualizador de un puño escritor, son las rebarbas. Estas finas líneas que pueden aparecer paralelamente a ciertos sectores del trazado, indican una posición muy inclinada del bolígrafo, que arrastró tinta con su borde.
Otra causa de acúmulo de tinta, es el arrastre por parte de la bolilla de elementos extraños, tales como fibras del papel, que darían como resultado una mota oscura en el trazado.
Variaciones de espesor
En ocasiones, al analizar trazos de bolígrafo con aumentos mayores a 20X, se observan diferencias de espesor o calibre, que pueden confundirse con agregados anormales o dolosos. Este efecto puede llevar a confusión al experto, especialmente con tintas oscuras o negras. Por tal motivo, debe extremarse el análisis de muestras indubitadas o trazados realizados con instrumentos de similares características, para corroborar la formación de adelgazamientos o engrosamientos en el recorrido de la escritura.
Surcos
El surco o depresión que el bolígrafo deja como huella sobre el soporte, podrá tener características muy variables, atento la gran cantidad de variables que intervienen en la formación del mismo. La profundidad del mismo podrá variar conforme a la variable presión que se ejerza sobre el lapicero (comúnmente en relación inversa a la velocidad escritural); las cualidades del papel soporte (carga, encolado, satinado); la superficie de apoyo (puede ser dura como un escritorio o blanda como una pila de hojas) e incluso si se trata de un bolígrafo de trazo fino o grueso.
Un elemento que debería mantenerse invariable es el calibre del trazo, conforme el diámetro de la bolilla, si bien esta cualidad puede discutirse, toda vez que un trazo presionado puede parecer más grueso que uno asentado con escasa intensidad.