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martes, 1 de mayo de 2012



D. SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL: VIDA Y ESCRITURA


A continuación, para ser imparciales, presentamos algunas notas biográficas de sus principales biógrafos.
D. F. Cannon dice: "su curiosidad era limitada por los fenómenos naturales y poseía una sensibilidad innata por la belleza de la naturaleza, pero al mismo tiempo gustaba de la soledad y demostraba gran cortedad y encogimiento ante las personas mayores. Era capaz de pasar horas enteras tirado al suelo estudiando la vida de los insectos".
Wilder Penfield: "Cajal era un genio polifacético, impulsado por ese misterioso "susurro" que llega a los pocos elegidos de Dios, que los empuja siempre adelante para explorar más allá de los conocimientos existen­tes, sin reposo y sin más recompensa que saber que han penetrado en la tierra prometida de los descubrimientos".
En el Boletín de la Academia Española de 21.10.1936, pág. 7 a 14, Madrid, un colega de la Universidad de Valencia narra: "...su persona era algo descuidada, resultaba un poco seca, angulosa y áspera. Aunque esto le hacía algo rústico, lo compensaba inmediatamente con su noble cabeza... su mirada era penetrante, algo ausente".
Charles Sherrington indica que Cajal tenía movimientos circunspec­tos, habitualmente enérgicos...
Un crítico ha dicho sobre su autobiografía Recuerdos de mi vida (1901): "... los Recuerdos eran las declaraciones de un hombre terriblemente verídico, brusco, intransigente como la justicia, pero con la firme cualidad latina del buen gusto, que instintivamente evita tanto la hipocresía como la dureza".
El mismo Santiago Ramón y Cajal hablaba así de sí mismo: "Estimo necesarios los pasatiempos, mas todo a su hora, cuando lo pida el ánimo y no cuando lo deseen los demás. Puro, pero santo egoísmo, porque sin él no hay labor posible".
Don Santiago era un conversador agudo e ingenioso, poseía la artís­tica y agudo poder de observación. Cuando creía tener razón no callaba. Poseía ingenio para montar instrumentos sencillos y era un entusiasta de la fotografía. Era obstinado para dominar la técnica histológica.

¿qué decir de su escritura? He aquí su descripción grafonómica:

1.Zona media pequeña en relación con los elementos periféricos.
2.Zona superior con barras "t" ascendentes, acentos ascendentes o en diagonal, letra "d" lírica cerrada con ligarse en la zona media. Arpones en zona superior. Puntos "i" marcados y, con frecuencia, adelantados.
3.Letra "r" final parecido a "ala de ave". Letra "s" agrandada y que se esconde "hacia abajo".
4.Barras "t" en forma de sable, largas y apoyadas; altas.
5.Comas y acentos largos. Puntos "i" a veces más bien altos.
6.Letras zona media empequeñecidas en exceso.
7.Mayúsculas con rasgo regresivo que no se une a la minúscula si­guiente.
8.Espacio entre palabras algo insuficiente.
9.Las letras "g", "y", etc. no se unen con la zona media, sino que se recurvan en la parte inferior.
10.Hay empastamientos.
Ciertamente, la escritura de D. Ramón no es ni armónica, ni bien espaciada, ni muestra un elevado nivel vital (Klages). Hay disonancias, desproporciones, alteraciones de la presión y una mezcla de signos de evolución y otros de no evolución gráfica.
Desde luego, en la desproporción y pequeñez de la zona media pue­de determinarse su modestia y cierto complejo de inferioridad que se com­pensa en la esfera de las ideas (barras "t"). Es, verdaderamente, una escri­tu­ra que expresa cierta brusquedad y aspereza en la categoría de la llamada "impresión general" (Pulver).
¿Dónde está, pues, la genialidad, la tenacidad y la curiosidad intelectual en este grafismo?
Zona media pequeña. Refleja la capacidad de observación, con­cen­tración, análisis y detallismo. En otras palabras, "la humildad de coger y valorar el detalle". Hay letras empequeñecidas de repente, oscilantes de inclinación que son exponente de la concentración en lo minucioso y en el control metodológico a causa de constantes dudas.
Hampas y jambas reconcentradas en el ojal. Así:
Lo dicho anteriormente se suma a la interpretación de este curioso fenómeno gráfico: es un cierre del instinto en la forma de canalizar las pul­siones que no le permiten distraerse ni en lo instintual, ni en lo intelectual. La zona media ya indica que no predomina lo sentimental. No quería ni po­día estar distraído, desconcentrado o disperso de lo que era su misión de carácter analítico y de observación. Vivía "egoísticamente", como él mismo indicó en más de una ocasión, ya que las hampas y jambas muestran una inadaptación por no ligarse con la zona de lo cotidiano y de la realidad común. En prueba de esto se pueden tomar en cuenta las mayúsculas regresi­vas. La letra "d" expuesta indica también intransigencia en sus ideas y pro­pó­sitos. Asimismo, la letra "g" cerrada en la forma que aparece en el grafis­mo indica también cierta misantropía y selectividad en las relaciones. Ambas letras son indicio de irreconciliabilidad de tendencias.
Así pues, su tenacidad es más bien una gran concentración fuera de serie en la que D. Ramón se embebía del todo en sus temas (Vels).
Barras "t" ascendentes. Además del espíritu rebelde y contradic­tor propio­ de D. Ramón son la expresión de una gran carga obsesiva por los temas en que estaba dedicado, de ahí que "parecía tener la mirada ausente" (Moretti-Torbidoni).
Puntuación adelantada, letras "r" voladizas y arpones en zona superior. Ponen de manifiesto su agilidad mental, su "codicia" inte­lec­tual y su curiosidad por atrapar el futuro a través de la investigación. La letra "r" en forma de ala de ave es muy común en personas muy inteligentes que dedican gran parte de sus energías a tareas intelectuales, creativas o hu­manistas e implican un cierto espíritu reformador o innovador.
Falta de espaciamiento + lanzamientos barras "t". Implica la capacidad de obrar con cierta impulsividad, pero también con sentido con­creto de la realidad, o sea, estableciendo un contacto concreto con los hechos y las cosas. Es también exponente de confianza en los propios recursos inte­lectuales. Su carácter no era fácil y, naturalmente, propenso a algún arran­que de mal genio como testifican sus biógrafos.
Presión empastada. Sería el exponente de su fuerte senso-percep­tividad para apreciar la naturaleza y las cosas tangibles.
Respecto a su dedicación total, sólo hay que recordar que en los peores momentos (fallecimiento o enfermedad de sus hijos, etc.) no dejó ni un instante de estar al pie del microscopio...
Dejamos al amigo lector sacar sus propias consecuencias para eva­luar una personalidad tan "tenaz" y "perseverante".

Agrupación de Grafoanalistas Consultivos de España.- asociación profesional de grafología miembro de pleno derecho de la ADEG




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